Ápicca invita a niñas, niños, padres y madres habitantes del centro rural de Bogotá a asumir el reto de crear y aprender de forma sensible y adaptativa aprovechando este tiempo de transición. Apostamos por la creación colectiva y el aprendizaje conjunto que resalta los nexos plurales que aún sobreviven en estos territorios simbióticos de la ciudad. Las limitaciones a la que nos obliga la pandemia nos dan la oportunidad de utilizar los medios digitales como una forma para ensayar mundos alternativos. Mundos posibles para cuestionarnos sobre los retos del mundo actual. Ápicca integra los caminos de la creación y el aprendizaje, siguiendo el espíritu de ‘aprender a crear y crear para aprender’. Sabemos que las niñas y los niños necesitan del cuidado de sus padres, pero a veces olvidamos que los padres necesitamos también de la imaginación de nuestros hijos e hijas. Una mirada que ‘re-encanta’ el mundo y lo enriquece con seres “extraños, incomodos y sorprendentes” que dialogan con las preguntas más profundas sobre lo que significa vivir en este planeta. Por esta razón, Ápicca invita a pensar juntos alternativas que nos ayuden a recordar; a ‘volver a pasar por el corazón’, para entender que no estamos solos y que hacemos parte de una gran y multiforme familia: la vida. De esta reflexión surge la apuesta por configurar nuevos entornos para aprender y crear. Unos entornos que aprovechen los medios interactivos actuales y las posibilidades que emergen de la convergencia simbiótica entre hardware, software, y wetware. Así, Ápicca diseña en conjunto con las niñas, niños, padres y madres participantes herramientas que les permitan hacer uso de su derecho a expresarse abiertamente y asumir su responsabilidad de aprender y crear libremente.